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Intrínseco desazón. "García Lorca y el homosexualismo" Fue lo primero que leyó Esaú esa mañana en el periódico. –Qué tontería– Pensó. –Cómo es posible que permitan un artículo así en la sección de cultura del Insólito– Se dijo así mismo. Entonces recordó, a su gran amigo y amante: Frondoso, los amigos de la facultad también lo llamaban desviado o la barby. Recordó su energía, era una persona muy enajenada y soñadora, que había pasado largas temporadas en el extranjero. Su último viaje había sido a Colombia y Argentina, había estado ahí el tiempo suficiente para enamorarse del realismo mágico, la noche que regreso a la Cuidad de México eran las 4 de la mañana, ni siquiera dudo en despertar a Esaú, para contarle sus planes de escribir una novela similar a la de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez o La casa de los espíritus de Isabel Allende. Esaú, nunca llegaría a entender el gusto que tienen los mexicanos de leer a García Márquez, le parecía un tedio su literatura, aunque nunca justifico porque. Recordó lo bien que lo hacía sentir su compañía, en especial su voz, incluso soportaba sus monólogos matutinos como: "el consumismo esto" "el consumismo aquello" "los influencers pedazos de imbéciles". Para Esaú siempre había sido un placer escuchar a Frondoso, que nunca se callaba. Su nombre real era Rufino. Juntos habían montado la mejor versión en México de las criadas de Jean Genet, la mayoría del dinero que recaudaron cuando montaron la obra, lo donaron a la cultura, fue cuando la gente comenzó a llamarlos "el dúo filántropo". Al llegar la noche Esaú se desvaneció en su cama inundado de recuerdos y durmió otra vez con los cienes debajo de la almohada, cómo lo hacía Rufino. A la mañana siguiente Esaú no quiso leer el periódico, prefirió como otras mañanas salir a caminar y buscar un lugar tranquilo para tomar su desayuno. Llegó al Portoncito, había estado ahí unas cuantas veces con Frondoso, pidió un vaso de leche tibia con miel y el primer platillo que vio en la carta. Esaú era un hombre joven, sin embargo, a veces sentía que su cuerpo estaba atrofiado y desgatado por los años al igual que el de un viejo. Su ser no se había podido acostumbrar nunca a vivir sin Frondoso, aun lo tenía clavado en las entrañas. Años atrás, los ilustres y adinerados padres de Frondoso, le hicieron llegar una carta a Esaú, además, le advirtieron que no podían seguir viéndolo si no quería sufrir las consecuencias. Esaú nunca abrió la carta, la llevo a casa de su madre y la guardo en uno de los libros de su padre que sabía que nunca nadie leería. Para Esaú nunca fue un secreto que Frondoso también sentía atracción por mujeres, lo primero que pensó fue –Maldito cobarde, trajo a sus padres para terminar conmigo–. Esaú era muy joven en ese momento, creyó sin dudar que Frondoso tal vez se casaría con alguna chica; cuando llego la comida, no siento apetito por nada, sintió un cáncer en su corazón, salió corriendo del restaurante y se subió a su automóvil, manejo sin parar a la casa de su madre, abrió la puerta desquiciado, no había nadie, corrió a buscar el libro, cuando lo encontró y vio la carta aún cerrada, se desvaneció en un llanto silencioso, la carta no tenía la marcado el paso de los años, a diferencia de su rostro. Tomo la carta en sus manos y la abrió con desespero, cuando comenzó a leerla su ser se abatió. No lo podía creer lo que leía. "Te veo en la terminal del Norte, 10 pm. Vámonos de aquí, compré un pequeño departamento en Guadalajara, a un lado del Mercado Libertad, sé que amas la comida de ese lugar." Esaú se tiró al suelo, no podía soportar un minuto más sin ver a Frondoso. A pesar de que habían pasado 11 años Esaú tomo la carta, regreso a su vehículo, manejo como un loco hacia el aeropuerto y abordo el primer vuelo a Guadalajara. Cuando llego a Guadalajara abordo a un taxi al Mercado Libertad, ya era tarde, el taxista lo dejo afuera del mercado, Esaú corrió a buscar los departamentos, no sabía que puerta tocar, subió al último piso, pensó que tal vez ese habría elegido Frondoso. Tocó la puerta sin arrebato, cuando abrieron la puerta estaba ahí la hermana de Frondoso. Ana – ¿Esaú? – Esaú – ¿Ana Pao? – Ana – ¿Pero que sorpresa…qué haces aquí? – Esaú –Vine a buscar a Frondoso– Ana – ¡Oh!, lamento mucho decirte esto… Frondoso no vive aquí hace 5 años, se fue a Nueva York, le dispararon en Bedford, al parecer estaba metido en algo lioso¬– Esaú – ¿QUE?- gritó – pero… ¿él murió? – Ana –Sí... lo siento mucho. Frondoso quedó devastado cuando no viniste a vivir con él, les conto toda la verdad a mis padres, les dijo que era gay y que te amaba, cuando ellos le prohibieron verte, inmediatamente escapo, dejo una carta para ti. – Esaú –Ana, yo nunca quise leer esa carta– Ana –Lo siento mucho– Esaú salió corriendo de ahí, manejo sin rumbo hasta llegar al mar, salió del auto y corrió hasta internarse en lo más profundo del mar, recito el poema de Alfonsina, del que siempre hablaba Frondoso: voy a dormir…mientras, el agua apilaba fatídicamente su ser. Piadosamente, el mar y la muerte le dieron un abrazo cálido aliviando así su trágica pena. Fern

Es player escoltar aquesta mùsica. als temps que corren, aixo es un regal

Nice - Merci!

Recviem

¡EXQUISITO! MUCHAS GRACIAS 🎆🎆🎆🇦🇷

Bonita recopilación. Para escucharla mientras hacemos otras cosas o simplemente sin hacer nada.